El frío del silencio - Chapter 2 - ESTEFANIAP (2024)

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Pov de Carina

Abrí los ojos un segundo antes de que el despertador comenzara a sonar y estiré el brazo con pereza para detenerlo. Cuando me moví para sentarme en la cama me percaté de que Maya aún no se había levantado por lo que hice yo antes que ella y me encerré en el cuarto de baño... me di una ducha rápida y terminé de despertarme por completo, así que cuando salí me vestí y me maquille como siempre. Salí de la habitación y escuché ruido proveniente de la cocina por que que supuse que Maya estaba preparando el desayuno.

Me dirigí a la habitación de Emilia y levanté la persiana intentando hacer algo de ruido para que mi hija fuera despertándose... podía ser una niña muy traviesa pero le costaba mucho despertarse para ir al colegio, en cambio los fines de semana a las ocho ya estaba dando guerra... era algo que jamás comprendería.

Me acerqué a la cama y me senté en uno de los lados.

- Despierta, bella durmiente - le dije en vox baja a la vez que le hacía cosquillas.

- No - musitó tapándose la cabeza con la sábana y a mi me dio la risa tonta - tengo sueño -

- Y yo también, pero mamo tiene que ir a trabajar y tu tienes que ir al colegio -

- No quiero - se destapó un poco y me hizo un puchero, pero yo no me ablande.

- Pero tienes que ir... ¡Mañana ya es el último día de clases antes de las vacaciones! Así que tienes que despedirte de tus amigos ¿o es que no quieres despedirte de ellos?

negó lentamente con la cabeza, pero sonrío y yo supe porque... eso de las vacaciones le había gustado.

- ¿Iremos de vacaciones? - me preguntó mientras se destapaba y estiraba los brazos hacía mí para que la cogiera, una vez que lo hice tardé en responderle porque no sabía que decirle.

- Claro, ya veremos lo que hacemos, pero antes de eso, hay que ir al colegio ¿vamos a lavarte la carita? -

Asintió con rapidez y corrió hasta el cuarto de baño. Cuando estuvo peinada y vestida, las dos bajamos hasta la cocina donde nos encontramos con Maya sentada en la mesa con un café delante de ella.

- ¡Mamá! - gritó Emilia y corrió hasta su madre que la cogió y le dio unos cuantos besos en los mofletes y la sentó en su regazó.

- Buenos días, princesa ¿has dormido bien? - le pregunto con una amplia sonrisa... yo no dije nada, simplemente me puse a prepararle el desayuno a Emilia y de paso un café para mi.

- ¡Sí! ¿sabes que mañana es el último día de colegio? - inquirió ella con entusiasmo y yo sonreí internamente, pero dejé de hacerlo un segundo después... cuando recordé la amarga discusión que tuvimos Maya y yo la noche anterior.

- Claro que sí ¿estás contenta? -

- Mucho, pero voy a echar de menos a mis amigos...

- Bueno, seguro que las veras este verano -

En aquel momento se terminó de calentar la leche de Emilia, así que saque el vaso del microondas, se lo puse en la mesa y le acerque los cereales y las galletas.

- Emilia, recuerdas lo que vamos a hacer este fin de semana ¿verdad? - tuve la necesidad de preguntar en aquel momento.

- ¡Sí! ¡Vamos a ver a Emma! - gritó alzando los brazos con emoción.

- Eso es, y también veremos a Tía Victoria y Theo - le recordé.

Teníamos planeado aquel fin de semana desde hacía meses Vic y Theo habían sido nuestros mejores amigos desde siempre, pero cuando se casaron hace 4 años atrás, decidieron irse a vivir a Richmond, en Virginia. Hacía dos años que no los veíamos, pero hablábamos frecuentemente por teléfono, y también nos comunicábamos por internet pero no era lo mismo.

Emilia y Emma, la hija de Theo y Vic se llevaban perfecto y se conocían desde que eran bebés a pesar de que Emma era un año mayor, por eso mi hija estaba tan emocionada con la idea de ir a visitar a su amiga.

- Mamá, tu también vas a venir ¿verdad? - le pregunto Emilia a Maya mientras mojaba su galleta en la leche.

- No puedo nena...tengo mucho trabajo -

Que raro. Maya tenía trabajo... yo sabía que no iba venir con nosotras, pero no había querido decirle nada a nuestra hija para no entristecerla. Por desgracia, Maya no había tenido la delicadeza de pensar en eso.

- Pero quiero que vengas...

- Em, iremos tú y yo y nos lo pasaremos muy bien - intenté animar a la niña guiñándole un ojo, pero no funciono porque agachó la cabeza y continuo su desayuno en silencio.

- ¿Irán en avión, al final? - me pregunto Maya, y yo apuré mi taza de café y me levanté para dejarla en el fregadero y así no tener que mirarle a la cara mientras le hablaba.

- Sí, pero volveremos en coche -

- Es una tontería...en avión tardan media hora y en coche cuatro horas.

- Ya lo sé Maya - respondí con los dientes apretados - pero no sé si recuerdas que odios los aviones... voy en avión por Emilia para que no se le haga el viaje tan largo, pero al volver no me importa conducir cuatro horas con tal de no tener que subir en un avión de nuevo.

- Me sigue pareciendo una estupidez, puedes tomar calmantes para... - y me cansé de que siempre quisiera llevarme la contraria.

- Mira - la interrumpí, me di la vuelta de golpe y le dediqué una mirada envenenada - volveremos en coche porque me da la gana y además. ¿a ti que más te da si no vas a venir?

Maya cogió a la niña en brazos, se levantó y la sentó en la silla de al lado...después me miro con seriedad.

- Haz lo que quieras...enviaré a alguien de la empresa para que lleve tu maldito coche a Richmond, así que dame las llaves - me exigió con los dientes apretados - Em, termina rápido, hoy te llevaré yo al colegio -

- No es necesario, ya puedo llevarla...

- ¡He dicho que la llevo yo! - gritó ella y sin decir nada salió de la cocina hecha una furia.

Miré a Emilia, que continuaba con la cabeza gacha y yo maldije interiormente a Maya. Por su culpa nuestra hija tenía que presenciar siempre todas nuestras discusiones, y esa era otra de las razones por las que la aborrecía tanto en ocasiones. Mer acerqué a ella y le acaricié el cabello con suavidad.

- ¿Ya has terminado? - le pregunte cuando se levantó de la silla con lentitud-

- Sí...- respondió u sorbió por la nariz mientras pasaba una mano por los ojos.

- No llores cielo, no pasa nada - me agaché delante de ella y la abracé con fuerza. Me devolvió el abrazo y nos quedamos un rato así, sin decir nada, mientras consolaba a mi hija y ella se dejaba consolar.

Un par de horas después me encontraba sentada en mi despacho, ojeando catálogos de moda y revisando los últimos diseños que habían llegado, pero no estaba concentrada. No hacía más que pensar en la discusión que tu con Maya la noche anterior. Al final, y después de todo, íbamos a divorciarnos. Sabía que era lo mejor que podíamos hacer después de todas las peleas, pero aún así se me hacía difícil aceptarlo.

Nuestra hija merecía vivir en un ambiente tranquilo, sin tener que escuchar día y día también cómo discutían sus madres, pero sabía que le costaría comprenderlo. No entendería por que sus madres dejaban de vivir juntas, dejaban de hablarse e incluso dejaban de verse.

La puerta de mi despacho se abrió casi de golpe, y yo me sobresalté perdiendo el hilo de mis pensamientos.

- Lo siento, preciosa. No quería asustarte - Owen entró con unos cuantos catálogos en sus manos y los dejo en mi mesa - ¿Cómo estás hoy?

- Como siempre - respondí escuetamente a la vez que estiraba los brazos y bostezaba.

- ¿Has pasado una buena noche? -me preguntó mientras se colocaba detrás de mí y me masajeaba los hombros suavemente.

- No ha sido una de las mejores, si quieres que te diga la verdad.

- ¿Discutiste con Maya?

Asentí en silencio y cerré los ojos, sintiéndose algo mejor gracias a su masaje.

- Lo nuestro no tiene ningún futuro - murmure más para mí que para Owen pero él me escuchó de todas formas.

- Me sabe mal por ti, pero sobre todo por su hija.

- A mi también. Ella es quien lo va a pasar peor, porque no va a comprender nada. ¿cómo le vamos a decir a una niña de cuatro años que sus madres ya no se quieren? - pregunté, sintiendo cómo se me llenaban los ojos de lágrimas.

Owen so colocó delante de mí y se agachó n poco para quedar a mi altura.

- Carina, nada de lo que está ocurriendo es culpa tuya. Espero que lo sepas -

- Es culpa de las dos. No hemos podido mantener nuestra relación a flote y se ha desgastado...-

- No. Tu has hecho lo que has podido, en cambio Maya dejo de prestarnos atención hace mucho tiempo. Y eso es lo último que mereces, Carina -

Me quede callada. Sabía lo que Owen sentía por mí y a pesar de que me encantaría corresponderle, no lo hacía. Sí que me gustaba, eso no podía negarlo, pues era un hombre muy atractivo físicamente, y como persona jamás me había fallado. Pero no estaba enamorada de él. Además, yo no era heterosexual.

- No lo sé, Owen... pero tampoco me apetece hablar del tema ni pensar en ella. Si sigo haciéndolo, me volveré loca.

- En ese caso ¿qué te parece si vamos a ver cómo van los diseños de la nueva temporada? Amelia me ha dicho que ya casi los tienen acabados.

- Me encantaría - le respondí con una amplia sonrisa, agradeciendo que me diera un respiro. Me puse de pie y Owen me tendió el brazo. Lo tomé entre risas y ambos salimos de mi despacho olvidando ese momento que tanto me atormentaba.

POV Maya

Después de dejar a Carina en el colegio, me dirigí hacia el bufete. Aquel día tenía que preparar los dos juicios que tenía la semana siguiente, y a pesar de que me los sabía casi de memoria, el trabajo era lo único que me ayudaba a olvidar la asquerosa situación que me esperaba en casa.

- Buenos días - me saludó justo antes de darme un beso en los labios que no correspondí. No tenía ganas ni tiempo para ella.

- , tengo mucho trabajo -

- Ya lo sé, solo quería saludarte... - respire hondo u me senté detrás del escritorio, dispuesta a empezar con lo mío - este fin de semana... lo vamos a pasar juntas ¿verdad? -

- No lo sé -

- Me dijiste que sí. Que tu mujer y tu hija se iban a no sé dónde, y que pasarás el fin de semana conmigo -

- Es cierto - me acordé en aquel momento de lo que tenía que hacer - Necesito que alguien lleve el coche de Carina hasta Richmond -

- ¿Qué? - me pregunto Madison como si no hubiera escuchado nada de lo que acababa de decirle.

- Que le encargues a alguien que lleve el coche de Carina hasta Richmond. Irán en avión, pero volverán en coche -

- ¿Tiene ganas de pasar cuatro conduciendo? - preguntó Madison con burla.

- Eso parece. He intentado disuadirla, pero está de un humor de perros -

Madison se acercó a mí y me acarició sugerentemente el cuello.

- Pobrecita... parece que necesitas que alguien te comprenda...- se inclinó con la intención de volver a besarme, pero la detuve antes de que lo hiciera.

- Madison, no estoy de humor - saqué las llaves del coche de Carina de mi bolsillo y se las tendí - Por favor, márchate y haz lo que te he pedido. Tengo mucho trabajo -

Cogió las llaves de mala gana y se alejó de mí, enfadada.

- Como quieras. Si necesitas algo, ya sabes dónde encontrarme -

Lo sabía perfectamente. ¿Cómo no iba a saberlo, si era mi secretaría? Cuando salió de mi despacho, volví a respirar hondo y me dispuse a comenzar con los juicios antes de que terminar de volverme loca de verdad.

El frío del silencio - Chapter 2 - ESTEFANIAP (2024)

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Name: Horacio Brakus JD

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Job: Sales Strategist

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